Mi isla del espanto...aqui se truquea mejor

Vivimos días apresurados y de muy mala vibra con una criminalidad sin sentido.

Aquí en Puerto Rico no se mata ni se roba por necesidad o por hambre. Aquí es un puro vacilón, que por verlos brincar, disparan los tiros.  
El que roba aquí, no entiende lo que se lleva ni el esfuerzo que le tomo a esa familia a la cual roba para obtenerlo. Y lo peor de todo, no es que vende lo robado, sino que exista persona en esta isla que se preste para comprarlo. No, aquí no existen Robin Hoods.

El malestar social-económico ha llegado a todos pero esto no es una excusa y carta abierta para ser lo que queramos.  Se vive pobre pero honesto, con principios y con valores. Código de la vieja escuela que aunque puros, muchos prefieren descartarlos o ignorarlos por considerarlos anticuados. Como cangrejos en dron encaramados sobre el otro buscando que beneficio o lo que se puede sacar del que esta al lado.

Era yo, de los que como el Boricuazo, defendía la integridad e imagen de mi gente en donde quiera que estuviera. Pero eso fue hace tiempo y las cosas han cambiado, mi gente, mi pueblo ha cambiado. Nada lo quieren luchar, a todo le buscan el ángulo, el truco y la trampa. Quieren gozar de todo lo mejor pero nada ofrecen a cambio. Y que grandes cojones, que a pesar de que se roban el cable, tienen pillos en el agua, planes de subsidios para sus casas, y  usan el pan para comprar hasta en BEST BUY (exageración sarcástica) se atrevan a quejarse de que la cosa esta mala.

La cosa esta mala para todo aquel que trabaja duro y se esfuerza todos los días por superarse, pues somos los que recibimos los aumentos y taxes de todo.  Cuando nuestro el Gobierno se pone creativo y alza todos los costos y servicios somos los que trabajamos duro y nos esforzamos los que sufrimos. A nosotros se nos exprime casi con el barbarismo de llevarnos a la miseria.  Como explica que Hacienda persiga principalmente al que cumple con rendir la planilla y no así al que no lo hizo, al que evadió, al que metió hasta niños de Brad Pitt y Angelina Jolie (exageración sarcástica) para beneficiarse de los programas de ayuda.

Tenemos que cambiar nuestra filosofía de vida. Tenemos que empezar a reconocer que las cosas que aquí en vida hacemos, tienen mayores consecuencias de las que pensamos y les otorgamos.

Analiza tu vida y el mensaje que narras con ella. Tus hijos y los del vecino aprenderán siempre de lo que ven como correcto y no lo que escuchan como juicio y veredicto.